Cuando tenía apenas 8 años,
leí fascinado un aviso en el Periódico.
El titular decía: “Zamfir en Lima”. Nunca había escuchado a Zamfir, pero me
interesó sobremanera el instrumento con el que posaba en la foto. En la escuela
ya había tenido la experiencia de tocar música folklórica latinoamericana con la zampoña (peruvian panflute) junto a
mis compañeros y por eso aquel anuncio
no pasó desapercibido para mí. Con el transcurso de los días empecé a escuchar
en la radio hablar de Zamfir : “Georghe Zamfir se presentará en el Muelle Uno.
Todo el público que asista terminará encantado con su mágica flauta de pan”.
¿Flauta de pan? Así que ese es el nombre de este instrumento-pensé-. De
inmediato busqué datos en la biblioteca
municipal y a pesar que era poca la información sobre las flautas de pan, al
menos ya tenía una idea. Escuchaba casi a diario las canciones de Zamfir en la
radio y quedaba fascinado con ellas (hasta
me conseguí un casete). Quería imitar las canciones con mi zampoña y
como no podía, la desarmé con mucha pena ,ya que yo mismo la había construido
con carrizo que había cortado cerca al río, y construí mi primera Flauta de pan
(Nai). Más adelante visite un artesano que construía zampoñas y le pedí que me
hiciera una flauta de pan Rumana y como el ignoraba de que se trataba, le llevé
fotos y ante mi insistencia me construyó algo parecido al instrumento (al menos
era mejor que la que yo me había hecho).
Han pasado los años y aunque he
aprendido a tocar otros instrumentos como la guitarra, la quena, el cajón, el
charango y otros más, mi espíritu sigue y seguirá fiel hacia LA FLAUTA DE PAN,
es lo que yo llamo ESPIRITU PANFLUTE.